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Ojalá hubiera tenido un maestro, mentor o mentora desde temprana edad, pues me hubiera ahorrado disgustos y sinsabores. Hubiera podido saber que “yo soy creadora de mi vida”, que todo lo que me ocurría, sin excepción, lo había creado yo.
Afirmar esto para más de una persona, aún hoy día, es una total locura, pero tranquilos…. me explico.
Por mi educación, tanto en la familia, en la escuela, entre amigas… siempre me dijeron, y yo lo creí por muchísimo tiempo y sin dudarlo por un segundo, que mi vida dependía de mi suerte y de lo que yo me esforzara.
Me educaron para hacer aquello que la familia quería y esperaba de mí, lo que mi jefe quería de mí, lo que quería el mandamás del grupo, etc.
Opino que, por lo menos en mi juventud, se aceptaba muchísimo mejor que te sintieras torpe, inútil, era como más “honrado” y sobre todo que te sintieras culpable y te autoflagelaras continuamente, en lugar de valorarte y aceptarte para poder dar un paso hacia tu autosuperación.
Con el transcurso de los años me fui formando en diferentes disciplinas terapéuticas, sanadoras. Comencé a ser consciente de la repercusión que tiene la energía en nosotros.
Y llegué a la terrible conclusión de que la mayoría de las personas no saben nada respecto al impacto de la energía generada desde nuestros pensamientos y sus consecuencias a la hora de lograr la vida que sueñan. Si nunca te han dado, mostrado, herramientas es difícil conseguirlo.
A menudo, la vida es un cúmulo de situaciones a resolver que se nos vienen encima y uno de los pasos principales a llevar a cabo es perdonar tus culpas y las culpas de los demás. Liberarte totalmente de la pesada losa de la culpa, y abrir tu mente a un nuevo estado.
Creamos nuestra realidad continuamente, gestionando la energía que nos rodea.
Tenemos pensamientos que nos generan emociones, y si ese pensamiento es negativo te llevará a una emoción negativa, actuando acorde a lo que piensas.
Lo que dices, cada palabra, los colores de la ropa con la que vistes, si te levantas y te dices cosas negativas, todo tiene energía.
Resumiendo, tienes que tener cuidado con la energía que emites, la energía que gestionas, ya que se expande y puede llevarte a situaciones incómodas en tu día a día.
Si queremos avanzar tenemos que cambiar la forma de ver la vida y estudiar soluciones.
Hay que entrenar a diario, tomar conciencia de tus actos y actuar de modo consciente para llegar a conseguir las metas que te propongas.
Cuando te sientes mejor, actúas de mejor modo.
Tras años de práctica, puedo decir con absoluta certeza que esta Ley del Universo se cumple.
Y para aquellas personas que quieran saber más sobre cómo gestionar esta gran afirmación: «yo soy creadora de mi vida», les animo a participar de mis terapias, charlas y webinar.
Recuerda que, vida solo hay una. ¡Aprende a disfrutarla!
Begoña Ogiza – Mujer Camino al Éxito