Me llamo Begoña Ogiza y, desde que yo recuerde, a la edad de 4-5 años, empecé a tener un sueño, noche tras noche… recurrente, repetitivo. Me despertaba de un susto! Y no sabía qué significaba. Cumplidos los 40 años llegué al entendimiento, a la comprensión del mismo. 

Mi vida siempre ha estado unida al caserío, al campo, la huerta, a través de mis abuelos maternos y mis padres.

Siempre me ha interesado el poder curativo de las plantas medicinales, pomadas y jabones caseros. Es decir, todo lo relacionado con REMEDIOS CASEROS Y TERAPIAS NATURALES, algunos de los cuales aprendí de mi amama (abuela en euskera),  sanadora de esguinces, torceduras, articulaciones y cuya influencia hizo que, desde bien joven, me interesara el tema de la sanación.

La verdad, mi vida nunca fue particularmente problemática; estaba casada, tenía dos hijas maravillosas, tenía trabajo, amigos, una casa hermosa …

Sin embargo, a partir de los 40 años empecé a enfermar. Cuando no era una bronquitis, era sinusitis, o los riñones o la rodilla, etc …  Me sentía triste, cansada, sin ánimo ni ilusión. No sentía ninguna motivación para salir de ese agujero y la falta de energía era total. Hasta que en el hospital me diagnosticaron un hipotiroidismo importante, augurando que debería medicarme de por vida si quería seguir viva. Fue ese el momento en el que me revelé y empecé a indagar terapias alternativas para curarme, sin ser esclava de una medicación.